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lunes, 4 de mayo de 2015

POR ESTAS COSAS SE ENTRENA A NIÑOS

Si eres entrenador de un equipo Benjamín (niños de 8 años), muérete de envidia con este vídeo. El mejor de los títulos para un entrenador de este nivel, es hacer ver a tus pequeños (no futbolistas) lo importante de vivir las cosas de forma intensa y que la primera reacción de todos y cada uno de sus jugadores, después de salvar la categoría en la última jornada sea BUSCAR A SU ENTRENADOR, su referente junto con el resto del cuerpo técnico. Mira el vídeo varias veces, mira la reacción del portero, la reacción de cada uno de esos niños por separado, mira la reacción del equipo Alevín que estaba en la grada con el chándal puesto, mira y disfrutra. SON LOS NIÑOS DE CAMISETA VERDE Y PANTALÓN ROJO.

ENVIDIA POR DOS COSAS:
1. Saber transmitir unos valores saludables de espíritu de lucha y sacrificio, haciéndoles ver que dar pasos adelante en la vida y en el fútbol es muy complicado, por lo que hay que valorarlo.
2. Cada uno de los abrazos es el equivalente a un balón de oro para un futbolista.

ADMIRACIÓN A LOS GRANDES ENTRENADORES QUE CONSIGUEN TODO CON SUS CLUBS, GUARDIOLA, MOURINHO ETC.
ADMIRACIÓN A "LOS OTROS ENTRENADORES" QUE CONSIGUEN COSAS DE MAYOR PESO.


Enhorabuena a Viti ( @viti0005 ) Entrenador del Veguellinca CF Benjamín ( @veguellinacf ) y su mano derecha Alicia ( @Alii_bg )

lunes, 3 de noviembre de 2014

¡USTED ES SU PADRE, NO SU ENTRENADOR!

Aquí os dejo un artículo de 10, y que comparto al completo, de Patricia Ramírez (psicóloga de la salud y del deporte - @Patri_Psicologa):

“Me siento triste cuando mi padre me regaña después del partido. Me dice que no he jugado con intensidad, que así no seré nunca un jugador de Primera División, que fallo en los pases porque me falta concentración. Y mi madre le apoya. Dice que juego como si no me importara ganar. También me echan en cara que se gasten dinero en mí y que me dedican muchas horas llevándome y recogiéndome del fútbol. A mí me gusta jugar al fútbol, me gusta aprender cosas nuevas, dar un pase de gol, estar con amigos, ganar, pero tampoco me importa mucho perder, porque eso es lo que nos dice el míster. Pero últimamente ya no disfruto, vengo a jugar los fines de semana nervioso, pensando que si no le gusto a mi padre, lo oiré gritar desde la banda, me dirá que me mueva, que espabile, y a veces me siento tan nervioso que no sé ni por dónde va el balón. Si vale la pena seguir viniendo cuando ya no disfruto. Pero si decido no jugar más, también les voy a decepcionar”. 

Son muchos los padres y madres que acompañan a sus hijos a los partidos, competiciones y entrenamientos. Se sientan en la grada, observan, les dan directrices y se involucran en el deporte de sus hijos como si ellos fueran los que dirigen. Existen diferentes especímenes de padres y madres.

Los que asumen papeles positivos. Son aquellos en los que el interés del padre está en que su hijo disfrute de lo que hace.

El padre taxista. Acompaña a su hijo, le deja en el entrenamiento, le recoge. Suele ser un padre al que los deportes le gustan bastante poco, pero le interesa que su hijo sea feliz.

El padre positivo. Anima, refuerza, se preocupa por cómo han ido los partidos. Le transmite entusiasmo sin presión. Felicita al chaval por el mero hecho de jugar y entrenar.

El padre involucrado. Le gusta participar en las decisiones y propuestas del club. Se interesa por la formación de los chavales o porque el centro obtenga ingresos. Este tipo de padres son activos en la divulgación de valores en el club y participan con cualquier acción que pueda mejorarlo.

Existen otros papeles, los negativos. Son aquellos en los que el comportamiento del padre influye negativamente en su hijo, generándole presión, exigiendo resultados y poniendo unas expectativas por encima de lo que el entrenador o el club esperan del niño.

El padre pesado. Se pasa todo el día hablando de lo bien que juega, nada o corre su hijo y de que apunta maneras. No presiona directamente al niño, pero sin querer le traslada que su valor como chaval está en el juego.

El padre entrenador. Grita directrices desde la banda, corrige a su hijo cuando se monta en el coche, incluso contradiciendo las indicaciones del entrenador. Genera confusión en el niño, que por un lado tiene una idea de juego que el profesional trata de inculcarle, y por otro, la versión de su padre o madre. En deportes como la natación, este padre está en la grada paseando de punta a punta de la piscina, cronómetro en mano, midiendo tiempos y apuntando en una libreta. No es de recibo crear presión en el niño con distintos mensajes. ¿A quién cree que debería obedecer su hijo?

El padre que se cree Cholo Simeone. Trata de motivar, transmitir garra, le pide al hijo que se entregue, que se esfuerce, que se deje la piel en la cancha, que trabaje, que compita como si se le fuera la vida en ello. Pero olvida algo muy importante: ni su hijo es un jugador de Primera División que tenga que ganarse la vida jugando ni él es el entrenador del Atlético de Madrid. Solo consigue que su hijo pierda de vista los valores que le transmite el club, donde normalmente prevalece la generosidad por encima de la individualidad, disfrutar y aprender por encima de los resultados, y el juego limpio por encima de competir a cualquier precio.

El padre que resta en todos los sentidos. Da gritos desde la grada, desacredita al míster, le dice a su hijo que no entiende por qué él no juega cuando sus compañeros son peores que él, se comporta de forma grosera con el rival, insulta al árbitro y otras impertinencias más. Es el padre del que cualquier hijo se sentiría avergonzado.

Los motivos por los que los padres pierden los papeles son diversos. Muchos esperan que sus hijos les saquen de pobres convirtiéndose en Nadales o Cristianos. Otros desean que su hijo gane todo porque sus victorias son sus propios éxitos, es la manera de sentirse orgullosos del chaval y presumir de él delante de sus amigos y en el trabajo. Otros proyectan la vida que ellos no pudieron tener. Otros no tienen ningún autocontrol. No lo tienen en el partido de sus hijos, ni cuando conducen, ni cuando se dirigen a las personas. Y por últimos están los que cruzan los límites sencillamente porque no tiene consecuencias. Saben que está mal, pero su mala educación o ausencia de valores les hace comportarse como personas poco cívicas y desconsideradas.

El valor está en hacer deporte, porque es una conducta saludable, pero sobre todo en ser capaces de divertirse y relacionarse con los amigos. Lo demás no importa. Si no le presiona para que se supere con la consola de videojuegos, ¿por qué lo hace cuando va a los partidos? En el momento en el que la palabra jugar pierde valor –“jugar al baloncesto”, “jugar al fútbol”, “jugar al tenis”–, su hijo dejará de disfrutar y no querrá seguir yendo.

Si es padre o madre, recuerde, por favor, que es un modelo de conducta para su hijo y para sus compañeros de equipo. A los hijos les gusta sentirse orgullosos de sus padres y, en cambio, lo pasan terriblemente mal cuando se les avergüenza. Ser modelo de conducta conlleva mucha responsabilidad, porque sus hijos copian lo que ven en usted. Y su forma de comportarse debe ser la ejemplar para que facilite el aprendizaje de una serie de valores que acompañan al deporte.

Si como padre o madre desea sumar, tenga en cuenta el siguiente decálogo:

1. Recuerde el motivo por el que su hijo hace deporte. El principal es porque le gusta. Existen otros, como practicar una conducta sana, estar con amigos o socializarse. El objetivo no es ganar.

2. Comparta los mismos valores que el club. Busque un centro deportivo afín a su filosofía de vida.

3. No dé órdenes. Solo apóyele, gane o pierda, juegue bien o cometa errores.

4. No le obligue a entrenar más, ni a hacer ejercicios al margen de sus entrenamientos. Su hijo no es una estrella, es un niño. Aunque tenga talento, puede que no quiera elegir el deporte como profesión y solo lo practique por diversión.

5. No presione, ni dé directrices, ni grite, ni increpe, ni maldiga; no haga gestos que demuestren a su hijo que se siente decepcionado por su juego.

6. Respete a todas las figuras que participan en la comunidad deportiva: entrenador, árbitros, otros técnicos, jardineros…

7. Controle sus emociones. No se puede verbalizar todo lo que pasa por la mente. Las personas educadas no muestran incontinencia verbal.

8. Nunca hable mal de sus compañeros. Los otros niños forman parte del equipo. El objetivo grupal siempre está por encima del individual. Y hablar mal de sus colegas es hablar mal de la gente con la que comparte valores, emociones y un proyecto común.

9. Modifique su manera de animar. No se trata de corregir al niño, sino de reforzarlo.

10. No inculque expectativas falsas a su chaval, como decirle que es un campeón, que es el mejor y que si se esfuerza podrá llegar donde quiera.

La felicidad de los niños está por encima de todo. Siéntase siempre satisfecho con lo que haga, gane, pierda o cometa errores. Felicítele por participar más que por competir. Y recuerde que su hijo hace deporte para divertirse él, no para que lo haga usted.

viernes, 27 de junio de 2014

LA COMUNICACIÓN EN EL ENTRENADOR DE FÚTBOL

Sí eres entrenador de fútbol y consideras la comunicación como pilar fundamental en tu trabajo, lee este artículo y deja tu opinión o punto de vista. Porque no es lo mismo hablar que comunicar!!!

PINCHA EL ENLACE DE LALIBRETADELMISTER


http://lalibretadelmister.com/saber-comunicar-cualidad-indispensable-para-el-entrenador/

sábado, 1 de febrero de 2014

EL PEQUEÑO HOMENAJE A UNA VIDA DEDICADA AL FÚTBOL, 
LUIS ARAGONÉS

Este es el vídeo, de los mejores momentos de vestuario de la Eurocopa de 2008, momento donde El Sabio dejaba patente el estilo cercano y de naturalidad al enfrentarse a un grupo de jugadores, que posteriormente serían campeones de Europa y del Mundo. Palabras divertidas y efectivas para posteriormente poder levantar la copa, ¡Hasta Siempre Mister!


jueves, 24 de octubre de 2013

LAS REGLAS DEL FÚTBOL CALLEJERO QUE REINARON
 HASTA MEDIADOS DE LOS AÑOS 90´

Los grandes avances sufridos en los últimos años, se imponen en detrimento de otras muchas costumbres. Los jóvenes, tienen mayores alternativas de ocio, mayores posibilidades para hacer el deporte que les gusta, cerca de su casa, en definitiva, un abanico de posibilidades que en los años 80´ o incluso antes, no teníamos. En mi caso, para poder jugar al fútbol, tenía que recorrer más de 70 kilómetros diarios, porque en mi pueblo no había equipo, en la actualidad, tendría más de 4 posibilidades para jugar en un equipo más cerca. Además, eran mis padres o los de algún compañero, los que tenían que dejar de trabajar para poder llevarnos a cada uno de los entrenamientos, efectivamente, eramos privilegiados, pocos padres hacían eso. Es por ello que si querías jugar al fútbol lo tenías que hacer en la calle, sin entrenadores ni reglas impuestas desde fuera, fútbol que en la actualidad estamos perdiendo, fútbol creativo donde los haya, fútbol que si querías que no te quitara el balón el chico grande, tenías que pensar por ti mismo, sin ninguna ayuda externa. 
Esto no quiere decir que eso fuera lo mejor, ya que en la actualidad, la formación de jugadores está en un "boom", que años atrás sería imposible pronosticar, pero si es cierto que no estamos comiendo la autoformación del jugador, por lo menos en edades tempranas, lo que en metodología de fútbol llamamos, descubrimiento guiado. Queremos dar soluciones a pequeños jugadores, que deberían encontrarlas por si solos, pero las urgencias del fútbol mandan, ganar desde muy pequeño ha pasado a ser un objetivo de muchos clubs importantes, no hay paciencia para dejar que los niños, aprendan ciertas cosas por ellos mismos.

Aquí os dejo las 20 reglas que mandaban en el fútbol, que muchos de nosotros vivimos, no las he elaborado yo, mi gran amigo @chalyst me las hizo llegar, para poder compartirlas con todos vosotros.

LAS 20 REGLAS DEL FÚTBOL CALLEJERO

1. El gordo siempre es el portero
2. El partido acaba cuando todos están cansados
3. Aunque el partido vaya 20-0, se decide por "el que meta, gana"
4. No hay árbitro
5. Sólo se pita falta, si es muy muy clara o alguien sale llorando
6. No existe el fuera de juego
7. Si el dueño del balón se enfada, se acaba el partido
8. Los dos mejores no pueden estar en el mismo equipo, y ambos son los que eligen los mismos
9. Si eres el último en ser elegido, es una gran humillación
10. En las faltas directas, la barrera siempre estará bastante cerca del balón
11. Se detiene el partido, cuando pasa una persona mayor o una mamá con el carrito del bebé.
12. Son enemigos para siempre, los jugadores del barrio más cercano
13.  Los que no tienen ni idea de jugar se quedan de suplentes, o como mucho, de defensas
14. Si llegan los mayores para jugar, hay que abandonar la pista, no sin antes protestar
15. Siempre hay un vecino que no te deja jugar, y además te amenaza con quitarte la pelota
16.  Si se apuesta algo, hay que ponerse muy serio, es como si se jugase una final
17. Las porterías son dos piedras o dos chaquetas de chandal, pero siempre habrá un equipo que tenga la portería más pequeña.
18. Cuándo un equipo marca gol, pasando por encima del potero, todos los del equipo contrario gritan "ALTA" (suele dar resultado para que el gol no valga)
19.  La ley de la botella, el que la tira va a por ella.
20. Si hay penalti, quitan al gordo y se pone el más bueno.





miércoles, 4 de septiembre de 2013

OS DEJO EL ENLACE DEL ARTÍCULO SOBRE EL ENTRENADOR DE PASE PUBLICADO EN LA LIBRETA DEL MISTER

Por si alguien no lo había leído dejo el enlace. Ya me diréis que os parece


miércoles, 15 de mayo de 2013

ESTE VÍDEO QUEDARÁ PARA EL RECUERDO

Si alguien no sabe definir la palabra fútbol, no importa, este vídeo lo hace por ti. Lo que daría cada uno de nosotros, por sentir el fútbol desde su vertiente más positiva. Disfruten de este minuto de documento visual.  Nuestro portero Almunia, protagonista del inicio del vídeo.